¿Por qué algunos bebés padecen cólicos del lactante?

Ni siquiera la comunidad científica conoce las causas del cólico del lactante. Se ha apuntado que diferentes factores como los gases, la intolerancia a la proteína de la leche, la forma de dar la leche al bebé, o el temperamento del bebé, pueden incrementar estos episodios de llanto intenso que afectan a bebés de hasta tres meses de vida. La ansiedad que a veces asalta a los padres primerizos también favorece la aparición de cólicos. Los cólicos del bebé, o del lactante, son largos episodios de llanto que se producen durante los primeros meses de vida del bebé. Las madres sufren especialmente, pues no entienden el motivo del llanto y se sienten impotentes para consolar al bebé. Y es que el motivo de los cólicos no está del todo claro, ni siquiera para la comunidad científica.

Existen diferentes teorías que explican la aparición de cólicos en el bebé lactante, aunque en algunos casos pueden confluir varias causas:

  • A. Los gases digestivos pueden originar los cólicos del lactante (hacer eructar a tu bebé también puede ayudar).
  • B. Un bebé con intolerancia a las proteínas de la leche de vaca puede sufrir cólicos más frecuentes y prolongados
  • C. La ansiedad excesiva en los padres es contraproducente de cara a aliviar los cólicos
  • D. El temperamento se deja ver desde los primeros meses de vida del bebé
  • E. Adaptarse a la vida fuera del útero no siempre es fácil para el bebé

 

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Gases y cólicos del lactante

 

La teoría más extendida, la que apoyan la mayoría de las abuelas y muchos pediatras, es que los cólicos se producen por la presencia de gases en el aparato digestivo del bebé. Esta teoría se fundamenta en el hecho de que, durante los episodios de cólicos, el bebé se encoge y tiene la tripa dura. Pero, de tratarse de gases, lo normal sería que el bebé llorara después de cada comida y, sin embargo, lo común es que los cólicos se produzcan solo una vez al día, frecuentemente por la tarde. Si el bebé come entre 8 y 10 veces al día, ¿por qué sólo le molestan los gases al atardecer? Es más que posible que los gases favorezcan los cólicos del bebé. Sin embargo, nada indica que sea la única causa. Existen medicamentos llamados «anti flatulentos» (contra los gases), que se promocionan como la solución definitiva para este problema. Estudios realizados indican que los anti flatulentos no poseen ningún efecto real, por lo que no se recomienda su uso en bebés con cólicos.

 

Cólicos del lactante e intolerancia a la leche de vaca

 

Esta teoría surgió hace unos diez años con el fin de explicar el motivo de los cólicos del lactante. Se apoya en los resultados de un estudio, por el que se demostró que los cólicos de algunos bebés, alimentados con fórmula infantil, disminuían al sustituir la fórmula habitual (a partir de leche de vaca) por otra de origen vegetal o en la que las proteínas están hidrolizadas, es decir, fragmentadas en porciones más pequeñas y son, por tanto, más fáciles de digerir. Esta teoría remite, de nuevo, a problemas digestivos, pues son los más frecuentes durante los primeros de vida del bebé. La alergia a la leche de vaca es, por su parte, la más frecuente de todas las alergias en la infancia. Algunos bebés que toman el pecho presentan intolerancia a las proteínas de la leche que toma su madre. Estos casos mejoran si la madre deja de tomar leche. Muchos niños siguen llorando a pesar de cambiarles el tipo de leche a una de origen vegetal o hidrolizada (que además son mucho más caras). Esto demuestra de nuevo que no hay una única causa de los cólicos, sino más bien una confluencia de varias circunstancias.

 

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Ansiedad materna y cólicos del lactante

 

Los primogénitos suelen ser más «llorones» que el segundo o tercer hijo. Aunque esto no es siempre así, existe un argumento que atribuye los cólicos del bebé primogénito a la inseguridad y las dudas de los padres primerizos. Las grandes expectativas puestas en el hijo crean mucha ansiedad. Se desea hacerlo todo bien. Se sobrevaloran los detalles. Aunque todo ello es perfectamente comprensible, conviene evitar la cara negativa de este natural «perfeccionismo»: el estrés, la ansiedad, la tensión… El bebé percibirá la inseguridad de sus padres a través de su comportamiento y ello hará que sus cólicos sean más prolongados. Una vez más, nada apunta a que esta teoría, que explica los cólicos del bebé desde una perspectiva emocional, sea la única y definitiva. Además, no solo los primogénitos tienen cólicos. También pueden padecer cólicos los bebés nacidos en segundo, tercer lugar, etc., cuyos padres están, como es natural, más tranquilos y confiados.

 

Cólicos y temperamento: Bebés fáciles y difíciles

 

Se describen dos tipos de temperamento en el bebé: De unos se dice que son «bebés fáciles» y de otros que son «bebés difíciles».

  • Los «bebés difíciles» tienen un horario más impredecible, son más irregulares; suelen llorar más y, cuando lo hacen, resulta más difícil calmarlos.
  • Los bebés «fáciles» suelen ser tranquilos, de horario regular; se despiertan de forma apacible y, aunque lloren, se calman pronto al ser atendidos.

Los cólicos pueden estar relacionados con el temperamento del bebé, algo que nadie ha elegido. Un bebé de pocos meses y con tendencia al llanto, difícilmente podrá «dominarse».

 

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Adaptación del bebé a la vida extrauterina

El recién nacido conoce tan sólo, vagamente, un ambiente: el vientre de su madre. La cavidad uterina es un espacio estable, en el que los cambios son casi imperceptibles. Al nacer y pasar a la vida en el exterior, el bebé tiene que registrar innumerables estímulos nuevos: sonidos, luces, movimientos, contracciones de su intestino…

El recién nacido no sabe ordenar ni entender ninguno de estos estímulos a los que el adulto está acostumbrado. La adaptación al medio extrauterino será la primera que tendrá que realizar en su vida y, posiblemente, una de las más duras. La mayoría de los bebés se tranquilizan cuando son tomados en brazos. Se cree que, de alguna manera, este contacto físico con la madre devuelve al bebé a su «anterior vida» en el útero. Lo cierto es que casi todos los bebés lloran un rato por las tardes a partir de la segunda o tercera semana de vida y que la mayoría de los cólicos desaparecen cuando el bebé desarrolla mejor su capacidad de comunicación, alrededor de los 3 meses.

¿Cómo aliviar los cólicos del lactante?

Habrás podido comprobar, si tu bebé padece cólicos, lo difícil que resulta calmarle una vez comienza a llorar. No existe una fórmula definitiva para aliviar los cólicos del bebé lactante. No obstante, se piensa que el contacto físico piel con piel, el calor y algunas posturas pueden ayudar a que el llanto del bebé lactante pierda intensidad e incluso desaparezca. Lo primero que has de hacer si tu bebé tiene cólicos es atenderle. Un bebé que llora quiere comunicar algo. Necesita atención. Si tu bebé tiene cólicos, la mejor manera de calmarle será cogerle en brazos, cerca del cuerpo. Acunarle suavemente, cantarle, llevarlo junto al cuerpo en mochila o chal… ayudarán a disminuir la intensidad del llanto. Más allá de los 3 meses, casi ningún niño tiene ya cólicos.

 

La mejor postura para calmar al bebé con cólicos

 

La mejor postura para aliviar los cólicos es manteniendo al bebé incorporado, con la cabeza elevada, sobre el hombro de quien lo sostiene. El «canguro» portabebés es muy eficaz. Algunas madres prefieren sujetar al bebé con un fular portabebés o chal al estilo «indígena». Otros bebés se calman boca abajo. Puedes colocar a tu bebé sobre el antebrazo o sobre las rodillas. Si le sitúas sobre tu pecho, el contacto corporal será mayor. Para algunos padres es muy eficaz acostar al bebé con ellos. Ver El sueño.

El calor ayuda a aliviar los cólicos del lactante

 

Para aliviar los cólicos, la mejor solución sigue siendo el contacto piel con piel. De este modo, el bebé con cólicos percibe, además del calor, la proximidad de su madre, contribuyendo todo ello a darle una sensación de protección que le ayudará a calmarse.

 

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 El hambre y los cólicos del lactante no tienen relación

 

El bebé con cólicos no llora por hambre. Es posible que no acepte nada y siga llorando. Lo más eficaz es el contacto físico. Algunos bebés aceptan el pecho cuando tienen cólicos, aunque no sea «su hora». El pecho no solo brinda alimento, sino también calor y consuelo. Los que toman leche artificial, a veces se calman con una tisana inocua) Blevit- Digest, Colikin o Colimil.

 

Efectos de los masajes en el bebé con cólicos del lactante

 

 Muchos padres intentan dar masajes en el abdomen del bebé. Bien con su propia mano, bien flexionando los muslos del bebé sobre su tripa. Ambas cosas pueden ayudar a ventosear al bebé si lo necesita. Sin embargo, lo más probable es que el bebé con cólicos siga llorando aún después del masaje. Otros prefieren dar un masaje por todo el cuerpo, untándose las manos de crema hidratante o aceite vegetal. Esto es una costumbre procedente de culturas orientales. Lo que de veras le sirve al niño es el contacto. Aunque no llegue a calmarse.

Cólicos del lactante y fármacos

Ningún fármaco ha demostrado ser eficaz para los cólicos. Los anti flatulentos o carminativos son inocuos (es decir, no hacen daño) pero tampoco tienen ningún efecto (o sea, actúan por efecto placebo). Las infusiones comerciales instantáneas no son especialmente eficaces. Están contraindicadas si el bebé toma pecho (para no interferir con la producción de leche y para no inducir confusión en el tipo de succión). Algunas de estas infusiones comerciales tienen un excesivo contenido en azúcar, inadecuado para los bebés. Blevit Digest – Colikin – Colimil.

 

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¿Coger o no coger al bebé con cólicos?

 

No se «malcría» a un bebé a tan temprana edad, pues aún no tiene memoria suficiente para aprender «mañas». Si se coge en brazos a los bebés «solamente» cuando lloran, sí pueden llegar a desarrollar un reflejo condicionado y llorar cada vez que necesiten atención. Está comprobado que los bebés cuyos padres les toman en brazos a menudo (tanto si lloran como si no lo hacen) son más tranquilos y lloran menos, no sólo durante los primeros meses sino más adelante. Además, desarrollan vínculos profundos de seguridad y confianza con sus cuidadores y posteriormente, en la edad adulta son más capaces de desarrollar vínculos interpersonales estables. Los bebés de otras culturas, que siempre están colgando de sus madres, no suelen tener cólicos, ni son especialmente «malcriados». Por el contrario, en las culturas en que el contacto físico con los bebés es muy pobre (como algunas de Asia Central, por la creencia de que les debilita), los bebés suelen convertirse en personas más agresivas.